Atención prenatal
Si descubres que estás embarazada, visita a un médico lo antes posible para comenzar a recibir atención prenatal (asistencia médica durante el embarazo). Cuanto antes comiences a recibir asistencia médica, mejores serán las posibilidades de que tanto tú como tu bebé estén sanos en el futuro.
Si no puedes afrontar el gasto de la visita a un médico o pagar la consulta en una clínica para recibir atención prenatal, existen organizaciones de servicios sociales que pueden ayudarte. Pídeles a tus padres, al consejero escolar o a algún otro adulto en quien confíes que te ayuden a encontrar recursos en tu comunidad.
Durante la primera consulta, el médico te hará una gran cantidad de preguntas, como la fecha de tu último período. De este modo, podrá calcular cuánto tiempo llevas de embarazo y para qué fecha esperas a tu bebé.
Los doctores calculan la duración del embarazo en semanas. La fecha de parto es estimativa, pero la mayoría de los bebés nacen entre 38 y 42 semanas después del primer día del último período menstrual de la mujer, o entre 36 y 38 semanas después de la concepción (cuando el esperma fertiliza al óvulo). Sólo un pequeño porcentaje de mujeres dan a luz en la fecha de parto estimada.
Qué cambios puedes esperar en tu cuerpo
El embarazo genera muchos cambios físicos. Éstos son algunos de los más comunes:
Crecimiento de los pechos el aumento de tamaño de los pechos es uno de los primeros signos de embarazo y los pechos pueden continuar creciendo a lo largo del embarazo. Es posible que aumentes varios talles de sostén durante el transcurso del embarazo.
Cambios en la piel
No te sorprendas si la gente te comenta que tu piel parece "radiante" cuando estás embarazada: el embarazo produce un aumento del volumen de la sangre, que puede hacer que tus mejillas estén algo más rosadas que lo habitual. Además, los cambios hormonales aumentan la secreción de las glándulas sebáceas, por lo que tu piel quizá luzca más brillante. Por la misma razón, el acné también es común durante el embarazo.
Entre otros de los cambios que generan las hormonas del embarazo en la piel, se encuentran unas manchas amarillentas o amarronadas que aparecen en el rostro, las que reciben el nombre de melasma, y una raya oscura que va del ombligo hasta el pubis, que se conoce como linea nigra.
Además, los lunares o las pecas que tenías antes del embarazo pueden aumentar de tamaño o volverse más oscuros. Incluso la areola, la zona alrededor del pezón, se vuelve más oscura. También pueden aparecer estrías (líneas delgadas de color rosado o púrpura) en el abdomen, los pechos o los muslos.
Salvo el oscurecimiento de la areola, que suele ser permanente, estos cambios en la piel desparecerán después del parto.
Cambios de humor
Es muy habitual experimentar cambios de humor durante el embarazo. Algunas jóvenes pueden padecer de depresión durante el embarazo o después del parto. Si presentas síntomas de depresión, como tristeza, cambios en los patrones de sueño, deseos de hacerte daño a ti misma o sentimientos negativos acerca de ti o de tu vida, consulta a tu médico para que te asesore acerca de empezar un tratamiento.
Molestias del embarazo
El embarazo puede causar algunos efectos secundarios molestos. Entre estas molestias, se incluyen las siguientes:
- náuseas y vómitos -en especial durante los primeros meses del embarazo;
- hinchazón en las piernas;
- várices en las piernas y en la zona alrededor de la abertura vaginal;
- hemorroides;
- acidez y constipación;
- dolor de espalda;
- cansancio y
- problemas para conciliar el sueño.
Si padeces uno o más de estos efectos secundarios, recuerda que no eres la única. Pídele a tu médico que te aconseje acerca de cómo manejar estos problemas comunes.
Cómo cuidarte durante el embarazo
Alimentación
Muchas jóvenes se preocupan por el aspecto de su cuerpo y temen aumentar de peso durante el embarazo. Pero éste no es el momento de reducir las calorías o hacer una dieta, ya que estás alimentando a dos personas. Tanto tú como tu bebé necesitan de ciertos nutrientes para que el bebé crezca adecuadamente. Si comes una variedad de alimentos saludables, bebes suficiente agua y reduces la comida chatarra, con alto contenido graso, ayudarás a que tanto tú como el bebé que está creciendo sean sanos.
Los médicos suelen recomendar agregar alrededor de 300 calorías diarias a la dieta, de modo de proporcionarle al feto en crecimiento una nutrición adecuada. Según el peso que tenías antes de quedar embarazada, deberías aumentar entre 11 y 15 kilos (25 a 35 libras) durante el embarazo, mayormente durante los últimos 6 meses. Tu médico te aconsejará acerca de esto según tu situación particular.
Comer más fibras —25 a 30 gramos diarios— y beber suficiente agua pueden ayudar a evitar problemas comunes, como la constipación. Las frutas y las hortalizas frescas, así como los panes integrales, los cereales o los pastelillos con harina integral, son buenas fuentes de fibras.
Es necesario que evites algunos alimentos y bebidas durante el embarazo, como los siguientes:
- algunos tipos de pescado, como pez espada, atún enlatado y otros pescados que pueden tener un contenido elevado de mercurio (el médico puede ayudarte a decidir qué pescados comer);
- comidas con huevos crudos, como la mousse o ensalada tipo “César”;
- carne y pescado crudos o apenas cocidos;
- carnes procesadas, como salchichas o fiambres;
- quesos blandos sin pasteurizar, como el queso feta, brie, azul o de cabra; y
- leche, jugo o sidra sin pasteurizar.