Sexo en el embarazo: las 10 preguntas más frecuentes
Una de las preocupaciones más extendidas sobre el sexo en el embarazo es creer que puede ser malo para el bebé. Se piensa erróneamente que ciertas posturas pueden hacerle daño, que el semen puede afectarle, o que el niño puede sentir el coito como algo desagradable. Sin embargo, son todas creencias sin ningún fundamento.
Por el contrario, mantener relaciones sexuales es beneficioso para el bebé. El organismo de la madre libera endorfinas y la región pélvica recibe más sangre, provocando que el bebé experimente una sensación placentera dentro del útero.
Cuál es el objetivo del masaje perineal
El objetivo del masaje perineal es el de “despertar” al perineo, estirándolo, ablandándolo y dándole más elasticidad para que en el momento del parto esté más preparado para abrirse. Además, el masaje sirve para conocer un poco las sensaciones que sucederán durante el parto y familiarizarse con ellas, ayudando así a relajar la zona en el momento cumbre del alumbramiento.
¿Quién hace el masaje?
El masaje puede hacérselo una misma o puede hacerlo también la pareja, que puede sentirse así partícipe de la preparación al parto. Todo depende de cómo estén más cómodos los dos, porque hay mujeres que prefieren hacerlo ellas mismas en la intimidad y hombres a los que le hará “cosilla” hacer presión sobre las paredes de la vagina.
¿Cómo prepararse para el masaje?
Antes de hacer nada es importante lavar bien las manos y cerciorarse de que las uñas están bien cortitas y limpias, pues lo último deseable es que se produzca una infección.
Si no estás acostumbrada a ver tu perineo puede ser interesante echarle un vistazo para familiarizarte con él, qué menos. Para ello lo ideal es tener un espejo que pueda dejarse en el suelo y con ambas manos mostrártelo a ti misma.
Debes estar cómoda, porque vas a estar unos minutos en esa posición. Se recomienda estar en cuclillas o semisentada con unos cojines y el espejo en frente y puede ir bien apoyar la espalda en la pared para aportar estabilidad. Hay mujeres que prefieren estar de pie y levantar una pierna apoyándola en alguna silla. Todo es buscar la posición más cómoda para cada una.
Se recomienda lubricar un poco los dedos con aceite de oliva o aceite de almendras, aunque la última tendencia es hacerlo con aceite de rosa de mosqueta, que es el más hidratante y que se cree que puede ayudar a hacer el perineo aún más elástico.
Consejos para evitar el estrés durante el embarazo
Si sientes algún síntoma de estrés, ya sean físicos o emocionales (generalmente van unidos) es conveniente “echar el freno”, pararse a pensar qué nos está afectando y sobre todo empezar arealizar actividades que nos resulten placenteras.
- Masajes durante el embarazo. Quién no agradece un masaje… Durante el embarazo, es una buena manera de descargar tensiones, de relajarse y por ejemplo dormir mejor si se hace antes de la hora de acostarse.
- Baños relajantes. En vez de la ducha rápida de todos los días, vamos a procurar un momento de relax con un baño de espuma (eso sí, con jabón suave que no perjudique la piel).
- Escuchar música, la que más nos guste, la que más nos relaje, la que nos haga tararear y mover la cabeza a su ritmo. Puede ser clásica o moderna, el caso es que todos tenemos nuestra música o canciones favoritas y pararse a escucharlas nos desconecta del mundo exterior y nos crea gran confort.
- Ejercicios de relajación, como los que os hemos traído en diversas ocasiones a nuestras páginas. Es fundamental para realizar estos ejercicios buscar el momento más adecuado, en el que estemos tranquilas y cómodas. Aprender a relajarse es también una buena preparación al parto, ya que la relajación podrá ayudarnos a afrontar las sensaciones físicas durante el parto, así como a estar mentalmente tranquilas.
- Leer. ¿Cuánto hace que no coges un libro? ¿No te gustaba leer antes? Siempre es buen momento para retomar esta afición que relaja cuerpo y mente y ayuda a conciliar el sueño.
- Ver cine, nuestras películas favoritas o los estrenos. Ya sé que no está el precio de las entradas como para ir cada semana al cine, pero también existen los vídeoclubs, servicios de préstamo de bibliotecas… y alguna vez hasta en la tele podemos ver algún film interesante (aunque si os pasa como a mí acabaréis dormidas antes del fin).
- Pasear, caminar durante el embarazo es una actividad muy relajante y beneficiosa para la mamá y el bebé, una actividad que conlleva múltiples beneficios y que deberíamos intentar hacer todos los días.
- Hacer ejercicio. Caminar es uno de los ejercicios más adecuados durante el embarazo, pero hay otros muchos que nos pueden ir bien. Si no existe ninguna contraindicación, realizar ejercicio moderado y habitual durante el embarazo es bueno para la madre y para el bebé, reduce los niveles de estrés y proporciona un importante bienestar físico y mental. Salir en bicicleta, hacernatación, practicar yoga, el método pilates, tai-chi…
- Dejar el trabajo al salir del trabajo. El estrés laboral es una de las principales preocupaciones de la vida actual. Es bueno desconectar al salir del trabajo, dejar las tareas para el horario laboral y marcarse algunas pautas como no coger el teléfono o no consultar el correo del trabajo cuando estamos en nuestro tiempo libre. Si nuestro trabajo nos provoca un estrés continuado que afecta a la salud, hay que plantearse ir al médico y explicarle la situación por si conviene que nos den la baja.
- Dedicarte tiempo a ti misma, a estar guapa, a ir a la peluquería, a la esteticién, a la manicura… A menudo sentimos que los cambios que afectan a nuestro cuerpo son desastrosos e irreversibles. Pero se puede estar (y sobre todo sentirse) guapa y embarazada, y esto nos dará mayor seguridad y optimismo en el día a día.
- Practicar sexo durante el embarazo es recomendable y seguro, si no existe ningún riesgo proporciona beneficios para todos, entre los que se encuentran la fortificación de la relación de pareja, mejor calidad del sueño y descanso…
El peso en el embarazo: cuánto se recomienda ganar y cómo controlarlo
Cuál es el aumento de peso normal
Pongamos que una mujer tiene un peso normal antes de quedar embarazada. Es posible que en las visitas mensuales alguien diga eso de “mamá, un kilo por mes, no más” y que la consulta de maternidad se convierta instantáneamente en una consulta de belleza premamá, porque es una frase que no tiene ningún sentido.
Lo recomendable, según los expertos, es que esta misma madre que tiene un peso normal gane, durante el embarazo, entre 11,6 kg y 16 kg. Sin embargo, como se dice habitualmente, cada cuerpo es un mundo, y hay mujeres (como Miriam, mi mujer) que ganan menos kilos y otras que ganan hasta 18 kg, teniendo todas ellas bebés sanos y siendo capaces de recuperar el peso de antes del embarazo.
Dicho de otro modo, el “kilo por mes” daría un total de 9 kg en todo el embarazo y, sin embargo, acabo de decir que hay mujeres que pueden llegar a ganar hasta 18 kg sin ser un problema, algo que nos da una media de dos kilos por mes y que hace que el consejo sea equivocado.
Lo importante no es hacer dieta, sino comer bien
Si una mujer llega a creerse eso de controlar mucho el peso puede caer en el error de tratar de no pasarse y acabar comiendo menos de lo que debe. Esta medida, a la que tan acostumbradas están muchas mujeres, que empiezan dietas a menudo, está contraindicada en el embarazo porque cuando se come poco se queman grasas y se generan los llamados cuerpos cetónicos, que pueden llegar al feto, siendo tóxicos, y dañar el sistema nervioso del bebé.
¿Y el peso que he ganado, de dónde proviene?
No es una pregunta que se hagan las mujeres muy a menudo, porque se suele ver el aumento de peso repartido por todo el cuerpo a simple vista, pero puede ser interesante saber cómo se reparte el peso que gana una mujer.
Si cogemos como promedio en ganancia de peso 12,6 kg, éstos kilos se repartirían de la siguiente manera:
- Volumen sanguíneo: 1,3 kg.
- Pecho: 0,4 kg.
- Útero: 1 kg.
- Feto: 3,4 kg.
- Placenta: 0,7 kg.
- Líquido amniótico: 0,8 kg.
- Grasa: 3,5 kg.
- Líquido retenido: 1,5 kg (aunque puede llegar a los 4,5 kg).
Como veis, una vez nace el bebé y sale la placenta y el líquido amniótico se “pierden” de golpe unos 5 kg. Luego, a medida que pasa el tiempo, con la lactancia quemando calorías y con un bebé y luego niño (que agota a cualquiera) haciendo que la madre no pare, el peso va reduciéndose poco a poco. Para ello además hay que seguir comiendo bien y haciendo algo de ejercicio si queda tiempo, para evitar oxidarse demasiado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario